sábado, 20 de noviembre de 2010

Once minutos de Paulo Coelho

Para seguir con el tema del Amor, les dejo aquí un fragmento del libro por Paulo Coelho titulado **Once minutos**, el cual se me hizo muy apropiado incluirlo en esta temática.
Principalmente esta historia trata sobre lo que uno puede sentir cuando se llega a conocer a una persona diferente a lo que normalmente se está acostumbrado ver dentro de su entorno en el que se desenvuelve. Esta persona “nueva”, que conoce la protagonista, en un dado momento le provoca esos diversos sentimientos (si has llegado a pasar por algo similar, seguro has de saber de ellos), provoca en ella dudas acerca de su plan de vida, puesto que en ese momento se encuentra en una etapa difícil, debido a que se halla en la tarea de decidirse entre responder y actuar de manera racional sobre “lo que debería ser”  ó dejarse llevar por su lado sentimental y emocional en cuanto a “lo que quiere”. He aquí parte de dicha historia:

“Hoy mientras andábamos alrededor del lago,  el hombre que estaba conmigo, un pintor, una vida diferente  de la mía, tiró una piedrecilla al agua. En el lugar en el que cayó la piedra aparecieron pequeños círculos que se fueron ampliando, ampliando, hasta alcanzar a un pato que pasaba casualmente por allí y que nada tenía que ver con la piedra. En vez de asustarse con la onda inesperada, decidió jugar con ella…
Existe un nombre para esa piedra: pasión. Describe la belleza de un encuentro fulminante entre dos personas, pero no se limita a eso; está en la excitación de lo inesperado, en el deseo de hacer algo con fervor, en la certeza de que se va a conseguir realizar un sueño. La pasión nos da señales que nos guían la vida, y me toca a mi descifrar esas señales.
La pasión hace que uno deje de comer, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra.
Nadie quiere desorganizar su mundo. Por eso,  mucha gente consigue controlar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o estructura que ya está podrida. Son los ingenieros de las casas superadas.
Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar en la pasión las soluciones para todos sus problemas. Descargan sobre la otra persona  toda la responsabilidad por su felicidad, y toda la culpa por su posible infelicidad. Esta siempre eufórica porque algo maravilloso sucedió, o deprimida porque algo inesperado acabó destruyéndolo todo.”

Según el autor el nombre para aquella piedra, es pasión, se dice que tal sentimiento surge de varios otros, los cuales se van dando al tiempo de conocer a alguien, sin embargo también hay otra postura, para algunos la pasión puede florecer en el instante que se llega a conocer a otra persona sin cruzar palabra alguna, puede brotar al mirarse fijamente.
Respecto a la descripción que se nos brinda en la historia, nace un dilema el corresponder o no a aquella pasión que se nos presenta, para esto debemos de recordar que la pasión conlleva amor y como vimos en artículos anteriores “el amor es un arte” pues cada quien debe de hacerse responsable de cómo lo está manejando y como lo manejará en el futuro.

Por lo tanto los invito a realizarse esta pregunta, ustedes que harían en dicha situación…
¿Entregarse, apartarse del amor o afrontarlo con decisiones y actos congruentes?
…obviamente que van a existir cosas que intervienen como lo son las circunstancias en que este suceso se dio, sin embargo esta en cada uno la respuesta de su forma de actuar.

por  Charlotte López 

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